miércoles, 4 de noviembre de 2009

No gracias, yo paso...

Cuando tengo tiempo me pongo a pensar. En vez de ordenar mi pieza, tirar la basura, jugar al tuti-fruti o comprarme ropa, yo pienso. Un día me puse a pensar en las personas y los gustos. Recordé la frase que dice “sobre gustos no hay nada escrito decía una vieja comiendo una cuchara de mocos”. Siendo soberbia como soy, pensé que si no había nada escrito yo sería la primera en cambiarlo. Por eso yo quiero escribir sobre gustos y desafiar a la vieja del dicho.

Los gustos, que tema difícil y poco teorizable si los hay. A alguien le puede gustar despertarse temprano, aunque luego esté todo el día cansado y quejándose. A otro le puede gustar comer un sándwich de dulce de leche y salame calentado en el microondas (historia verídica). Al de más allá le puede gustar tomar leche chocolatada o tal vez el olor a lluvia (a mi amiga Madu le gusta el olor a tierra mojada). A unos les gustan los gatos, a otros nos gustan los perros y hasta existen individuos a los que les gustan los Ratones Paranoicos, aunque yo no pueda entender sus motivos.

Luego están las cosas que no gustan. A uno puede no gustarle el sambayón granizado o el mondongo; a otro puede no gustarle el heavy metal o picar cebolla. Y pensando en los no-gustos (que son muy diferentes de los disgustos) se me ocurrió pensar si había gente a la que no le gustaran los árboles por ejemplo, o las mesas... ¿Cómo puede ser alguien a quien no le gusten las mesas? ¿Sobre qué come? ¿Dónde apoya las ensaladas? ¿Alrededor de qué se reúnen en una fiesta familiar? Debe ser muy difícil ir por la vida siendo un no-gustador de mesas. Porque reconozcamos que a casi todos los lugares a los que vamos, siempre hay una mesa, o alguna de sus variantes, como los escritorios o los mostradores. De repente una duda inquietante asaltó mi mente: ¿existe algún lugar libre de mesas o table-free? No encontré muchas respuestas positivas al interrogante.

Después de mucho pensar y darle vueltas al asunto, comencé a inquietarme ¿es una invasión? ¿Son las mesas contra nosotras? ¿Están planeando una conspiración para conquistarnos como las palomas(*)? Un rato más pasó y terminé por desesperarme. ¡Oh no! ¡Las mesas nos acechan! ¡Nos persiguen! ¡Están por toda la casa, en negocios, bares y restaurantes, en peluquerías, escuelas y universidades, en las plazas y oficinas, en la casa de mi abuela, en heladerías! ¡AHHHHHH! Me asusté mucho, empecé a mirar para todos lados. Sentía que las mesas me rodeaban y no me iban a dejar salir de mi casa. Las podía ver moviéndose solas hasta la puerta creando una barrera para que no pudiera escapar ¡La mesa de la cocina, la del comedor, los cuatro escritorios, la ratona, la del equipo de música, la del televisor y hasta las mesitas de luz!

Estaba asfixiada, sentía que me miraban y sabían que yo había descubierto su conspiración. Tuve mucho miedo, me quedé paralizada unos instantes, hasta que lentamente me levanté del asiento en el que estaba, intentando no pensar para que las mesas de mi casa no sospecharan. Agarré las llaves y salí. Estuve afuera hasta que llegó mi hermano. No le conté que hacía allí afuera porque tal vez él pensaría que había enloquecido, y porque no quería que las mesas lo acecharan a él también. Era una batalla que debía luchar sola.

Desde aquel día cambié de bando. Ahora soy de las personas a las que no les gustan las mesas. No, ¡no me gustan!




(*) Otro día hablaré sobre la conspiración que las palomas planean desde hace tiempo para conquistarnos. Es que no me gusta mezclar mesas con palomas.


Espero les haya gustado! Hasta la próxima!

Gabba Gabba Hey!!

PD: No se olviden de visitar http://vidadekiwis.blogspot.com/

5 comentarios:

büddja dijo...

Podata: con razon, yo prefiero sentarme y comer en el piso, ir a una plaza o a la playa y comer ahi. debe ser una represion subconciente ocasionada por los reiterados golpes en la canilla de las clasicas mesas cuando te sentas en la cabecera.

büddja dijo...

(posdata)

Jacinta Chipimahuida dijo...

Y bueno Gabriela, te pueden no gustar las mesas todos los días, o día por medio, para no cansarte...
También te puede gustar ir a ver a Toten Hosen (Juani dixit) tocando tan sólo un tema y medio.
Asimismo, te puede gustar -o no- la ambientación que genera el sonido de un grillo (o "brillo" de queso de máquina envasado, según alguien sordo), sobre todo en los silencios incómodos.
O sino, de no gustarte el mate, te puede gustar el te... o en todo caso, de no gustarte tanto el te, te pueden gustar más los granitos de café.
Pucha, te puede gustar ser "tentadora" y tener migas de Óreo en el cachete.
Y de última, también te puede gustar usar palabras como "ergo" o "modus ponens" en las extensas y reconfornates charlas con tus amigos...

¡GRACIAS! ♥

Bubby Curvas dijo...

Perdón, pero yo apoyo la idea de que podés ser escritora, además de explotar otras habilidades...
Y no sos soberbia prr)

Alejo! dijo...

Me siento tan identificado con tu blog! Yo tambien flasheo cosas asi, la diferencia es q no las escribo, debería, debería....

Anyways, la fiesta del otro dia, no se si fue o no fue, sorry x haberte llamado a las 2.00 am...

Un beso
Alejo