Silvia siguió a Mario por avenidas y calles hasta que él entró a un kiosco. Salió dos minutos más tarde con una botella de agua mineral en su mano derecha. Unas cuadras más adelante se agachó para atar sus cordones, y finalmente unas cuadras continuando el camino hacia el trabajo, le sonó el teléfono. Silvia quiso escuchar la conversación pero no pudo por el ruido de los vehículos y la gente. Mario hacía ademanes y tenía cara de enojado por algo que al parecer le había salido mal. Derrepente escuchó un "yo estoy llegando, estoy a dos cuadras y media Adrián".
Adrián era un compañero de trabajo de Mario. Silvia al escuchar a su marido decir ese nombre se tranquilizó y dejó de pensar que había algo mal. Esperó que Mario se alejara y regresó a su casa a realizar las tareas que tenía pendientes para ese día.
Cuando Mario estuvo seguro de que su esposa ya no lo seguía, paró un taxi y le indicó que fuera hacia el barrio de Belgrano. El auto arrancó y se perdió entre todos los otros.
Cuando llegó al destino Mario tocó el tombre de un departamento del piso 12. Atendió una voz femenina, Mario se identificó y entró gracias al portero eléctrico.
Una vez dentro del departamento no esperaron ni un instante. Simplemente se quitaron la ropa y tuvieron una hora de sexo apasionado.
Espero lo hayan disfrutado, cualquier reclamo tienen el libro de quejas y sugerencias a su disposición. Se llama libro de visitas, úsenlo a su gusto y placer.
Hasta la próxima!!
Gabba Gabba Hey!!
4 comentarios:
Pucha, si Silvia hubiese tenido al menos dos dedos de pilla...
La quiero mucho Gabrieluli, sepaló!!!
Gracias por todo!
Las fotos at Cumaná, verdad?
Creo que ya la caché, che!
(Mi mamá sostiene que) en la última foto podemos ver la unión de dos personas de modo pirateril...
jajajajja maduuuu!! Tu mamá sostiene bien jajajaj Esa era la intención de las fotos que saqué casualmente en Cumaná :)
Publicar un comentario